El Titanic y los 5 pecados capitales de los gerentes
¿Por qué el Titanic, un proyecto grandioso que tenía todo para ser un éxito, se hundió? Abordando este caso histórico entenderemos como los aspectos comportamentales pueden hundir un proyecto o negocio. Se hace esencial para el gerente aprender a administrar estos desafíos, para poder potencializar los resultados y evitar fracasos.
Cuando se dice que el Titanic se hundió por causa de un iceberg en el camino, en verdad, se está escondiendo las verdaderas causas. Podemos culpar el iceberg, el mar o el clima, de la misma forma como cuando un proyecto o negocio falla, se puede culpar al mercado, la economía, los sistemas de la empresa, las proyecciones que no se realizaron como planeado, etc. ¿Pero cuantas veces alguien reconoce las fallas en la gestión?
Investigaciones recientes analizaron proyectos en las mayores empresas del mundo, y como resultado apuntaran como factores chaves para el fracaso, cinco (5) actitudes, apellidadas de “5 pecados capitales” de los gerentes. Como ilustrado en el libro “Murphy On Projects: causas de fallas en los proyectos y como prevenirlas”, estos pecados hacen parte de un conjunto de factores que hacen posibles 101 causas frecuentes de fallas en los proyectos. Estos suceden no solamente en grandes empresas, sino que también estuvieron presentes en el imperio romano, en el Titanic, hasta los días de hoy, generando fallas en proyectos de la NASA y del ejército americano. Veamos cómo los 5 Pecados Capitales del gerente se materializaron en el proyecto del Titanic.
Pecado 1: Arrogancia
Arrogancia es el orgullo autoritario injustificado, evidenciado por una conducta de superioridad. Generalmente se traduce en la imposición de un punto de vista, sacrificando el de los otros. En el caso del Titanic, este pecado fue cometido cuando los presidentes de las compañías involucradas, personajes poderosos, celebridades de la alta sociedad, obligaron a sacrificar las exigencias de seguridad y de desempeño para acomodar lujos, ignorando todas las recomendaciones de los especialistas. ¿Esta situación le recuerda alguna de las sus experiencias? ¡El lector está invitado a comentar sus casos al final de este artículo!
Pecado 2: Exceso de ambición
¿Cuantas veces en las empresas se intenta dar un paso mayor que el pie? Problemas que podrían ter una solución simple, se convierten en proyectos súper complejos, demorados y caros. ¡El Titanic es un ícono de este pecado! Pasado más de un siglo, todavía lo vemos como un megaproyecto ambicioso. Contaba con las invenciones más modernas de la época, como elevadores y telégrafo a bordo. El clima de modernidad de esa época ayudó a alimentar el exceso de ambición, llevando la priorizar el lujo excesivo sobre la seguridad del navío.
Pecado 3: Ignorancia
Consiste en tomar decisiones sin ter el conocimiento necesario para respaldarlas. En el Titanic, por más ricos y celebres que fueran los presidentes de las empresas involucradas, estos no tenían conocimiento técnico para sostener sus decisiones. A pesar de eso, impusieran sus exigencias, cometiendo el pecado capital de la ignorancia.
Pecado 4: Abstinencia
Sucede qua en abstenerse de participar o contribuir. Existe un caso particular de abstinencia que caracteriza el estilo de gestión chamado de “laizzes-faire”, donde el gerente se omite, delegando todo para su equipo, sirviendo apenas de puente entre la dirección o cliente, y su equipo, sin asumir responsabilidad por los resultados. La culpa es siempre de alguien, nunca es del gerente.
En el Titanic, el pecado de la abstinencia sucedió cuando los profesionales que tenían conocimiento técnico para cuestionar las exigencias de sus superiores, omitieran su opinión, permitiendo que los problemas evolucionaran. Algunos se omitieran porque habían sido promovidos recientemente (en sustitución de los que se atrevieron a alertar los peligros), y no quisieron cuestionar el superior quien los promovió de cargo, y aun más se tratando de un evento tan emblemático.
Una observación adicional es pertinente en el caso de la abstinencia. ¿Alguien ya fue testigo de los “profetas del pasado” en el final de un proyecto? Son aquellos que aparecen diciendo: “yo sabía que iba a salir mal”. ¡Si sabía, era su obligación profesional manifestarse y ayudar la encontrar una solución! No haciéndolo, se comete el pecado de la abstinencia y se atenta contra unos de los principios de la gobernanza corporativa: la transparencia.
Pecado 5: Fraudulencia
Fraudulencia es la acción que intenta engañar, deliberadamente y de forma engañosa. Fraudulencia es opuesto de verdadero. Es la diferencia entre el discurso y la acción. El hecho del Titanic contar con cuatro chimeneas, cuando tenía solamente 3 motores, ejemplifica el pecado de las “Fraudulencia”. La cuarta chimenea fue colocada para pasar una imagen más impresionante, de lo que realmente era. Una otra situación es todavía más emblemática: las pruebas en alto mar, que deberían ser hechas en cuatro (4) semanas, fueron hechas en apenas…… medio día.
Había un iceberg en el medio del camino
El Titanic no hundió por causa del iceberg en el camino, y sí por la incapacidad de los gestores de evitar el iceberg. La misión del gestor no es sobrevivir a los icebergs y si evita-los (este es un de los conceptos abordados en el libro “Murphy On Projects” y en los webinars del autor). De hecho, los icebergs no eran ninguna sorpresa, pues la región en donde aconteció la tragedia, era conocida como “El valle de los icebergs”. Antes del Titanic, otros navíos atravesaron la misma región y avisaron al Titanic. ¿Por qué, entonces, el Titanic falló en desviar el iceberg? Los 5 pecados capitales, sumados a otros factores, contribuyeron para la negligencia en la seguridad y subestimar los peligros, generando las condiciones que hicieron posible la mayor tragedia naval, en tempos de paz.
El proyecto del Titanic del comienzo del siglo pasado, nos permite ilustrar las actitudes que fueron identificadas en investigaciones recientes. Emprendimientos y proyectos no fallan solamente por falta de conocimiento en gestión, o por la falta de herramientas. Las mayores empresas del mundo cuentan con los mejores recursos y a pesar de eso, entre 70% y 80% de sus proyectos fallan. Muchas de las 101 de las causas frecuentes de fallas en los proyectos corporativos, aquellas que consiguen burlar los mejores profesionales, sistemas y procesos, tiene origen en las complexidades que los aspectos comportamentales introducen en los proyectos. Por causa de estos desafíos, no es suficiente con ter conocimientos en metodologías o herramientas. Hoy en día el mercado demanda gestores con soft skills, nuevas competencias gerenciales que permitan administrar este tipo de desafíos, evitando prejuicios y garantizando el cumplimiento de objetivos.